Algunos indicios deberían concentrar la atención de nuestros gobernantes. Esos Estados Unidos y ese primer mundo que ellos desprecian, ¿son acaso tan débiles como suponen? Dos síntomas debieran por lo menos preocuparlos. El primero de ellos es que aquello que más demandan hoy los países en crisis sean las letras del Tesoro norteamericano. ¿Hasta dónde sucumbe entonces lo que la Presidenta calificó como "la burbuja del Primer Mundo"? El segundo es que, cada día más, muchos argentinos se están refugiando otra vez, como tantas veces en el pasado, en el dólar. ¿Pero cómo es que se refugian precisamente en la burbuja que sucumbe?
Maquiavelo solía clasificar a los gobernantes en tres categorías : los que saben, los que no saben pero saben que no saben y los que no saben pero creen que saben. Los que saben son muy pocos y esto sólo en el estrecho campo de su especialidad. Los que no saben pero saben que no saben han elegido el camino de los sabios , se abren al trabajoso progreso de la inteligencia. El que no sabe pero sostiene que sabe, el que suma a la inevitable ignorancia la evitable soberbia, éste es el que se queda donde ésta. La ignorancia del que sin saber pretende saber se llama "petulancia".
domingo, 12 de octubre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario