Por Enrique Avogadro
Propongo al tirano de Olivos que envíe ya mismo a alguno de sus esbirros a cerrar el Aeropuerto Internacional de Ezeiza. Es muy probable que, si no lo hace, mañana temprano se produzca allí una verdadera concentración de aviones, lo cual podría derivar en accidentes graves.
Tengo la más absoluta certeza acerca del interés en los inversores de distintos países del mundo, sobre todo de la zona del euro, que se van a atropellar para llegar a nuestra patria a dejar sus dineros para construir y ampliar fábricas, crear nuevos empleos, generar divisas para el Fisco y pagar impuestos.
Estos inversores, algunos de ellos presentes en las reuniones que la Presidente mantuvo durante su última y triunfal gira por España, me han comentado que quedaron absolutamente hechizados por la claridad y la sencillez de su discurso y por las enormes lecciones que impartió a los líderes de sus países, todos ellos en decadencia, sobre el manejo de las crisis económicas.
Pero el ruego que da título a esta nota proviene de las muchas llamadas que he recibido hoy mismo, causadas por dos noticias que, si ello fuera posible, mejoraron aún más la imagen de nuestro país, y de sus instituciones en el exterior.
El primer aluvión se produjo cuando trascendió que el Fiscal había hecho suya la denuncia formulada por un grupo de diputados nacionales de todos los partidos de oposición, y había imputado al inefable Echegaray, actual titular de la AFIP y anterior de ONCAA, por defraudación en perjuicio de la administración pública; acompañan a este alfil de Kirchner nada menos que otros diez cómplices. El Juez interviniente, por su parte, ha considerado que se encuentran reunidos indicios lo suficientemente graves como para dar curso a la imputación penal solicitada.
Eso significa, para quienes no son abogados, que el Juez cree, al menos por ahora, que don Echegaray ha metido los dedos en la lata, robándose los subsidios destinados a los verdaderos productores agropecuarios. Como, además, el mismo personaje conduce la recaudación federal de impuestos, todo este episodio ha generado en los inversores extranjeros un entusiasmo difícil de contener.
Pero lo que los llevó a alquilar miles de aviones para viajar esta misma noche a la Argentina, este paraíso de estabilidad de normas y de ciega seguridad jurídica, que ha quedado tan al margen -gracias a las gestiones de don Néstor y doña Cristina- de los ramalazos de la crisis mundial, fue enterarse de un magnífico proyecto de ley presentado por el Diputado Héctor Recalde, distinguidísimo abogado del no menos respetadísimo Hugo Moyano.
Ese proyecto -me consta que, a partir de mañana, será presentado a los congresos de muchísimos países, comenzando por Estados Unidos, Brasil, Chile, Uruguay, Gran Bretaña, Alemania, etc.- ya cuenta con el apoyo incondicional de la CGT -claro, del propio Moyano-, de CTA -al menos, del sector de Yasky- y de algunos gremios, como el de Alimentación, que sufren las corridas por izquierda que reciben de sus bases.
La iniciativa no podría haber resultado más propicia, especialmente frente al momento que vive la economía mundial. Actuará, con toda seguridad, como un inmenso imán que permitirá a la Argentina colocarse a la cabeza del ranking de naciones receptoras de inversiones extranjeras directas, que tan injustamente le han quitado México, Brasil, Colombia y hasta Chile.
Para no seguir dando vueltas, el meollo de ese insuperable proyecto de ley consiste en que las empresas que generen ganancias se verán obligadas a distribuir el 10% de ellas entre sus empleados. Por supuesto, existen en el mismo otros detalles tan geniales como éste, pero no tan importantes: asientos en los directorios para el personal, derecho de éste a auditar a sus patrones, y todo ello sin olvidar a los accidentados, a las madres y a los eventuales.
Sólo me queda rezar para que algún legislador opositor, de esos que ponen tantos palos en la rueda del progreso que el modelo kirchnerista trae aparejado, no repita esta conducta nefasta para los intereses de la Patria y permita la rápida sanción del proyecto, para que nuestra tan querida Presidente pueda promulgar la ley antes de las próximas elecciones.
Si no fuera tan trágico, verdaderamente daría para una comedia. Pero el futuro es lo que don Néstor y su equipo están destruyendo día a día, disparate tras disparate, medida tras medida.
Es obvio que las bancas que conserva el kirchnerismo, aún después de la derrota brutal que sufriera en junio de 2009, le da los votos suficientes para impedir, de acuerdo a las normas constitucionales, iniciar un juicio político a la Presidente, formal responsable de todos estos dislates y de toda esta corrupción.
Entonces, hasta octubre de 2011 -si Néstor quiere- sólo nos queda la esperanza, por cierto débil, en una rápida actuación procesal de los jueces federales, que avancen en las causas de Skanska, de los medicamentos, del financiamiento de la campaña electoral por el narcotráfico, de los subsidios, de los fondos de Santa Cruz, del enorme enriquecimiento de los Kirchner, de los aviones, de los sobreprecios, de los negociados con Venezuela, de las valijas voladoras de dólares y de drogas, del fútbol gratis, de la publicidad oficial, y miles de otros episodios que ahora no recuerdo.
Y es indispensable que los jueces actúen porque, en la punta de esta pirámide criminal que crece diariamente, comandando esta asociación ilícita,
Porque, señores, ¿hasta cuándo estarán los argentinos dispuestos a pagar impuestos a una de las tasas más altas del mundo para que se los roben, la dilapiden o la regalen?
1 comentario:
Como no van a quedar hechizados, si ella, tiene la "solución" para salir de la crisis (???). Y a los jueces y/o fiscales, Perez, les desconfío. Siempre pienso que se apuran a enjuiciar, para también apurarse a absolver (como el maraca de Hoyohervido a los KK) y asegurar la "cosa juzgada" antes de que termine la era K y garantizarles la impunidad. Y si. Que cierren Ezeiza, pero para que no se vayan del país cuando llegue la hora de meterlos presos (sueños que una tiene en un país que se los van robando)
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