En Wisconsin una niña de 11 años llamada Madeline, la hija de Dale y Leilani Neumann, comenzó a tener problemas de salud. Apenas podía moverse, no hablaba, no comía ni bebía. Su padre Dale, quién había estudiado para ser pastor de la Iglesia Evangélica Pentecostal, estaba convencido que Dios curaría a la niña, por lo que decidieron junto a su esposa y a otras personas rodearla y orar por su salud. Tiempo después Dale Neumann explicó su decisión con un argumento sólido como una roca: "Si hubiese ido al médico, habría colocado al doctor por encima de Dios". El 23 de marzo de 2008 Madeline murió víctima de diabetes, una enfermedad tratable con medicina humana, pero mortal si se trata con medicina divina. El padre se defendió en el juicio por homicidio afirmando que creía que la niña padecia de gripe o algún tipo de fiebre y que no se había dado cuenta cuán enferma estaba, como dando a entender que si hubiera sabido que la mano venía en serio se iba a dejar de rituales estúpidos y hubiera llevado a su hija al médico.
( sacado de aca )
domingo, 28 de marzo de 2010
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