miércoles, 10 de marzo de 2010

Lo mejor que lei desde que empezo el culebron de las reservas y los DNU...

Por Gustavo Lazzari


El gobierno reconoce un déficit fiscal del orden de los 55.000 millones de pesos. En tiempos donde los presidentes y funcionarios hablan tres veces por día desvirtuando la realidad vale repetir que el déficit fiscal se produce cuando los gastos son superiores a los ingresos públicos.

Desde 2003 el gasto público acompañó el crecimiento extraordinario de los ingresos públicos. Desde el 2005 tímidamente y con firmeza a partir del 2007 el crecimiento del gasto duplicó el crecimiento de los ingresos públicos y cuadruplicó el crecimiento del valor de la producción. (PIB).
Era un gol cantado. Inevitablemente íbamos a volver a nuestra conocida historia. Desde 1915 hasta el 2002 en todos los años (con excepción de 1993) el estado argentino fue deficitario. Desde 2003 impuestos confiscatorios y el robo a las jubilaciones maquilló las cuentas.
Así la voracidad fiscal agotó todas las formas de cobrar impuestos. Así cada administración (incluyendo ésta a pesar del discurso) heredó más deuda pública que la que recibió. Así destruimos cuatro signos monetarios y tuvimos que quitarle 13 ceros a la moneda.
Tras 200 años de voracidad fiscal es razonable festejar el bicentenario confiscando las reservas del BCRA.
Técnicamente las reservas del Banco Central no son un "ahorro" del cual pueda disponerse. Son un activo. Constituyen el activo que permitió la emisión del pasivo que es el dinero circulante. Si las reservas fueran un "ahorro fiscal" o como se dice en la tribuna "un ahorro de todos los argentinos" todos los bancos centrales del mundo serían insensibles criminales por no resolver los problemas sociales utilizando dichos fondos.
Lo cierto es que las reservas protegen en cierta medida (no de una manera terminante ni mucho menos infranqueable) el valor de la moneda local. Debe recordarse que, más allá de sus fracasos, los bancos centrales fueron creados precisamente para proteger el valor de la moneda. Esto es, para que los pobres no paguen impuesto inflacionario.
Es irrelevante si las reservas se utilizan por ley o por DNU. Este último caso solo es mas grave. Pero una ley mala no santifica un DNU autoritario. La oposición a las formas es importante pero criminal si solo se queda en eso.
Argentina tiene un problema fiscal. Gasta mucho y no puede recaudar más. Es hora de tranquilizar a la población asegurando que cual, gato hambriento, el gobierno dejará de buscar nuevas fuentes de financiamiento. A esta altura indudablemente confiscatorias.
Solo puede apelarse a una racionalización del gasto, eliminar el derroche, cerrar funciones superpuestas y respetar el esfuerzo del agobiado contribuyente. Todo lo demás es verso no gratuito.

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