Los católicos que entran y salen de las iglesias habitualmente mojan sus manos en fuentes llenas de agua bendita -que ha sido bendecida por un sacerdote- y luego se persignan.
Sin embargo, el temor a contagiarse de la gripe H1N1 ha llevado a evitar este gesto a muchas personas en Italia, donde han muerto unas 15 personas a causa de la llamada gripe porcina.
Una devota llamada Marta Caimm calificó el invento con las palabras "es genial" mientras entraba a la iglesia. "Gracias a esto no nos preocupamos de contagiarnos la gripe porcina. Es lo adecuado para el momento", comentó.
Luciano Marabese, quien inventó el dispensador, señaló que lo hizo ante el temor de que la influenza H1N1 erosionara las tradiciones.
"Tras todas las noticias de que algunas iglesias, como la catedral de Milán, estaban suspendiendo el uso de las fuentes de agua bendita como una medida contra la gripe porcina, la demanda de mi invento subió a las estrellas. He recibido órdenes de todo el mundo", comentó.
Che, parenlos a los lokitos estos! Entre el agua bendita antigripe y la prohibicion del psicopata de benedicto de usar forros, van a matar a media humanidad!
Y pensar que a la Rimolo la metieron en cana por recetar pastillitas para adelgazar...
jueves, 12 de noviembre de 2009
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