domingo, 21 de junio de 2009

Klientelismo

"A pesar de los cuantiosos ingresos con que cuenta la Provincia de Buenos Aires, está muy lejos de poder cubrir su déficit. Acumula deudas y atrasos en sus pagos que sólo puede solventar con los aportes especiales que le otorga el gobierno nacional. Esta crítica situación no modifica su poder electoral pues, por su desproporción poblacional, es la provincia que más influye en el panorama político del país. No en vano, el ex presidente Néstor Kirchner, ha destinado todos sus esfuerzos a reforzar su propaganda en el electorado del segundo y tercer cordón del conurbano, los que son, gran paradoja, los más empobrecidos de la provincia.
Considero esto una paradoja pues, después de seis años de gobierno del matrimonio Kirchner y veintidós años continuos de gobiernos a cargo de mandatarios peronistas, deberían rebelarse contra el partido político que los mantiene en esas miserables condiciones de vida desde hace tanto tiempo.
Muchos analistas explican que esta adhesión se podría entender mediante el uso del denominado clientelismo.
¿Qué significa en la práctica esta palabra?
Se trata de beneficios económicos y sociales que el pueblo recibe desde el Estado pero que, en lugar de ser otorgados por instituciones perfectamente organizadas y destinadas a tal efecto, se promocionan y se perciben como un regalo del líder.
El famoso clientelismo de los caudillos populistas, incluido el actual matrimonio presidencial, funciona desde esta premisa: “Todos los beneficios que el pueblo recibe son gracias a nuestra voluntad, por lo tanto, son un regalo que nosotros hacemos. Si desaparecemos, se pierden los beneficios”.
En cambio, cuando hay un funcionamiento estatal claro, sencillo y eficaz, los beneficios que recibe el pueblo en la forma de un seguro de desempleo, o una atención hospitalaria, o una educación masiva con la mayor calidad posible, se transforman en un derecho individual y social, y se perciben como provenientes de las instituciones, con independencia del gobernante de turno. Para un populista, este tipo de Estado es su enemigo, pues su figura sólo puede subsistir si no existen estas instituciones o si actúan, deben ser permeables, ineficientes y corruptas.
Una nación enferma de “populismo crónico”, como es el caso argentino, tiende a engendrar un pueblo que recurrentemente reclama “salvadores” sin concienciar que lo que necesita son buenas instituciones, y gobernantes que las respeten y conduzcan con eficacia".
El texto completo, describe otras cuestiones sociales, políticas y económicas del conurbano y el interior del país, realmente interesantes.
Pueden leerlo completo, aquí.
Autor: Enrico Udenio Fuente: www.elmensajerodelotrolado.wordpress.com

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