Y el Señor dijo a Moisés:
- “Tú les dirás a los israelitas: Cualquier hombre entre ustedes, o entre los extranjeros residentes en Israel, que entregue a alguno de sus descendientes a Moloc, será castigado con la muerte: el pueblo del país lo hará morir a pedradas.
- Y si una persona consulta a los espíritus de los muertos o a otros espíritus, y se prostituye detrás de ellos, yo volveré mi rostro contra esa persona y la extirparé de su pueblo.
- Ustedes se santificarán y serán santos, porque yo soy el Señor, su Dios.
- Observarán fielmente mis preceptos. Yo soy el Señor, que los santifico.
- Si alguien insulta a su padre o a su madre, será castigado con la muerte: él ha insultado a su padre y a su madre, y por eso su propia sangre caerá sobre él.
- Si un hombre comete adulterio con la mujer de su prójimo, los dos serán castigados con la muerte.
- Si un hombre se acuesta con su nuera, los dos serán castigados con la muerte; ellos han cometido un incesto, y por eso su sangre caerá sobre ellos.
- Si un hombre se acuesta con otro hombre como si fuera una mujer, los dos cometen una cosa abominable; por eso serán castigados con la muerte y su sangre caerá sobre ellos.
- Si un hombre se casa con una mujer y con la madre de esta, lo que hace es una depravación: tanto él como ellas serán quemados, para que no haya tal depravación entre ustedes.
- Si un hombre tiene trato sexual con una bestia, será castigado con la muerte, y también matarán a la bestia.
- Si un hombre se acuesta con la mujer de su tío paterno, es como si tuviera relaciones con este último: los que lo hagan cargarán con su culpa y morirán sin tener hijos.
- Observen todos mi preceptos y mis leyes, y pónganlos en práctica: entonces no los vomitaré de la tierra adonde yo los haré entrar para que vivan en ella.
- Ustedes serán santos, porque yo, el Señor, soy santo, y los separé de los otros pueblos, para que me pertenezcan.
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