Todas las políticas para terminar con la pobreza en base a la redistribución derivan invariablemente en campañas para terminar con la riqueza.
Terminar con la riqueza condenará a la pobreza a millones de argentinos pero les permitirá a muchos otros satisfacer las necesidades emocionales de canalizar todo su odio, rencor, envidia y resentimiento.Una sociedad que considera que el fracaso ajeno es preferible al éxito propio se condena a la frustración eterna.
(leido en http://articulos-interesantes.blogspot.com/)
domingo, 16 de agosto de 2009
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