El concepto de "Dios" fue inventado como antítesis de la vida: concentra en sí, en espantosa unidad, todo lo nocivo, venenoso y difamador, todo el odio contra la vida.
El concepto de "más allá ", de "mundo verdadero", fue inventado con el fin de desvalorizar el único mundo que existe, para no dejar a nuestra realidad terrenal ninguna meta, ninguna razón, ningún quehacer.
El concepto de "alma", de "espíritu", y, en fin, incluso de "alma inmortal", fue inventado para despreciar el cuerpo, enfermarlo —volverlo "santo"—, para contraponer una espantosa despreocupación a todo lo que merece seriedad en la vida, a las cuestiones de la alimentación, vivienda, régimen intelectual, asistencia a los enfermos, limpieza, clima. En lugar de la salud, la "salvación del alma", es decir, una locura circular que abarca desde las convulsiones de penitencia hasta las histerias de redención.
El concepto de "pecado" fue inventado al mismo tiempo que su correspondiente instrumento de tortura, el concepto de "libre albedrío", para obnubilar los instintos, con el propósito de convertir en una segunda naturaleza la desconfianza con respecto a ellos.
Nietzsche, Ecce homo,
martes, 8 de septiembre de 2009
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